Instalado en un fantástico Palacio Moro, cubierto de grifos de piedra tallada, este museo es aún más fascinante por su estrafalaria arquitectura y sus pintorescas y anticuadas muestras que por su colección de historia natural. La encantadora sorpresa aquí es el jardín interior donde, en medio de baldosas pintadas de estilo Art Nouveau, puertas de madera tallada y plantas tropicales, reina un gigantesco modelo de concreto de un tiranosaurio rex demoníaco. Las exhibiciones incluyen dioramas polvorientos de especímenes disecados, desde antílopes hasta cebras, más una serie de cabezas de animales montados en las paredes. Hay una sala dedicada a las colecciones de mariposas y polillas, y una colección de conchas se muestra en vitrinas sostenidas por caballitos de mar esculpidos.

Este museo tiene una colección ecléctica de objetos extraños y fotografías que se enfocan en la historia local, incluyendo herramientas agrícolas antiguas. Verá algunos estribos, armas, pesas, cerraduras y llaves, y hierros de marca de la época colonial española, así como objetos personales que pertenecieron a la Capitana Adela Azcuy, una mujer que luchó por la independencia de Cuba en el siglo XIX.